Ensayo: Retos y dificultades del trípode educación-pedagogía-gerencia
Convenio UPEL-IMPM-RITEP
Postdoctorado en Gerencia de la Educación
Participante: Gervacio Enrique Rivas Martínez
(C.I. N° V-11.513.347)
RETOS Y DIFICULTADES DE LA PEDAGOGÍA, LA
EDUCACIÓN Y LA GERENCIA
La sociedad como se conoce en la actualidad, ha sido el producto de la
interacción orgánica-organizada, dinámica-evolutiva y simple-compleja de tres
elementos que engloban diversas características de la convivencia social, a
saber: la educación, la pedagogía y la gerencia. Este trípode de nodos que
pertenecen a una red de redes interactivas configura el ser, el aprender, el
hacer y el convivir. Necesariamente, las antiguas generaciones realizaron
sendos aportes en el lenguaje y la comunicación, base importante del
aprendizaje y el conocimiento, el ser y el existir.
Desde la antigua Grecia, en el siglo IV a.C., el triunvirato filosófico
de Sócrates, Platón y Aristóteles hundieron las raíces de la racionalidad,
dando un salto cualitativo de la explicación mitológica de los fenómenos
naturales y la existencia humana en los albores del nacimiento de la ciencia,
de la episteme. En este particular, Aristóteles hace una evidente separación
entre lo físico y lo metafísico, y en sentido, semióticamente, interpreta la
realidad sensible, sensorial, aportando elementos de estudio, compartidos a
nivel individual, pequeños grupos o en ágoras públicas.
Surge así la filosofía como ente rector del pensamiento y de la
retórica, componentes fundamentales para el surgimiento del proceso discipular,
del aprendiz, del ayudante del maestro que absorbe no solo conocimientos, sino
también aspectos axiológicos como la ética y la moral. En el recto proceder del
maestro, la cultura romana de los primeros siglos, constituye las bases para el
“Estado Docente”, es decir, el gobernante debe contar con la suficiente
preparación, con el apoyo necesario de senadores y expertos en artes, ciencias
y cultura para los pedagogos, los conductores, los facilitadores de los
procesos de enseñanza y aprendizaje, dando origen al gimnasio, la academia y
siglos más tarde la universidad.
Como realidad multidimensional, la educación es parte de la condición
humana. La educación construye cultura, y la cultura moldea la sociedad. Pero
este intercambio no se genera de manera espontáneo e ingenua. No, por el
contrario, es un proceso deliberado, intencionado y enmarcado, en muchos casos,
por la “agenda oculta” de los gobernantes de los grupos humanos. Desde allí,
emerge la figura del gerente, del regente, que no solamente acompaña, sino
también, organiza, planifica y proyecta el futuro a nivel macro, meso y micro
de la interacción de la enseñanza y el aprendizaje.
El siglo XXI ha heredado los grandes recorridos, aciertos y desaciertos
de grandes luminarias educativas, pedagógicas y la gerencia. Figuras como María
de Montessori, Jean Piaget, David Ausubel, Lev Vygotsky, Paulo Freire, Sigmund
Freud, Andrés Bello, Arturo Uslar Pietri, Luis Beltrán Prieto Figueroa, Luis
Alberto Machado y un ejercito de maestros, docentes y profesionales de la
educación han sorteado diversos obstáculos para ofrecernos, hoy, en el año
2019, un legado integral e integrador, atravesado por las competencias
educativas y profesionales que desde el Proyecto Tuning hasta la Agenda 2030 de
la ONU, persiguen un proceso educativo de calidad, inclusivo e incluyente.
Se ven matices y diferencias entre los continentes, los países, las
naciones del norte del Ecuador y las del sur. Se evidencias carencias y
necesidad marcadas en los pueblos debajo del meridiano 0. Se levantan culturas,
fruto del trípode educación-pedagogía-gerencia como Finlandia, Suecia, Japón,
Estados Unidos de América, entre otros casos emblemáticos, donde el uso de los
recursos tecnológicos apalanca los procesos pedagógicos, hacen sinergia
empática, para catapultar esas sociedades, signadas por el conocimiento.
De allí surgen retos importantes, tales como: minimizar las brechas
socio-económicas, el acceso a los recursos básicos para generaciones de relevo,
la codependencia de la educación al “Estado docente”, la perpendicularidad de
la tecnología con los maestros “inmigrantes digitales”, detrimento de los
entornos virtuales de aprendizaje, poco estimulo a la lectura, a la
meritocracia. Situaciones complejas en medio de una sociedad globalizada, donde
la información hace metamorfosis al conocimiento.
La pedagogía, que constantemente se está renovando, en muchos casos, no
ha causo impacto significativo para nutrir y optimizar las prácticas
educativas. Se observan los mismos métodos con otros instrumentos tecnológicos.
La tiza mutó al marcador, y éste al video-beam, pero siguiendo la reflexión del
Dr. Francisco Mora Teruel, neurocientífico y neurólogo: “la humanidad solamente
puede ser enseñada desde la humanidad”. Las nuevas tecnologías son
instrumentos, medios, puentes, entornos para transmitir conocimientos,
experiencias de vida, que transforman desde el ejemplo, desde la vivencia.
El salto cuántico que ha dado la gerencia hacia el ámbito educativo,
sigue en muchos casos, un enfoque cuantitativo, lineal, cuadriculado. La
conducción gerencial es una ciencia, una disciplina y un arte que amalgama lo
científico y lo humano, la organización, la planificación, evaluación y
ejecución que construye cambios significativos en los integrantes de la
institución y de las relaciones interpersonales. En sí, la gerencia conduce de
forma democrática, integral y participativa al logro en equipo de los
propósitos a corto, mediano y largo plazo. Obviamente, la gerencia en la
educación debe estar de la mano con los procesos humanos y tecnológicos, para
minimizar los errores y favorecer los procesos sistémicos y sistematizados.
Entre las dificultades y los retos que presenta el ser humano, como
realidad bio-psico-socio-emocional, ante el umbral del III milenio, implica el
conocer a las nuevas generaciones (“Y”, “Z”), sus canales de entrada de
información, motivar desde los intereses y finalidades de los procesos
educativos a los aprendices, fomentar el estudio y desarrollo de los procesos
de pensamiento, para que, desde una estructuración adecuada, cada uno aporte
sus talentos, habilidades y competencias para integrarlas en un proceso de
“unidad desde la diversidad”. El educador no puede solo, el pedagogo y el
gerente tampoco. Se requiere de una realidad transdisciplinaria,
multidimensional, compleja, como señaló el filósofo francés Edgar Morín, para
construir una “era planetaria”.
El gerente educativo del siglo XXI debe lidiar con el activo más
importante, intangible: el conocimiento. Las prácticas y estrategias
pedagógicas deben favorecen los procesos de enseñanza y aprendizaje, autónomos,
independientes, pero a la vez, colaborativos, globalizados. Es una situación
común para los “nativos digitales”, que pretenden tener un “océano de
conocimientos” pero de pocos centímetros de profundidad. La multivariedad,
multitarea, multitasking, fomentan la gestión del conocimiento como herramienta
importante para el cambio significativo en las organizaciones conducidas por
gerentes idóneos y competentes, facilitando así, la socialización de la
cultura, de la educación.
La educación actual, del año 2019, no puede ser hecho ni un acto
aislado, una empresa en solitario. Por el contrario, en la medida que se
interconecte en las redes educativas globalizadas, mientras la formación y la
capacitación permanente conlleve a una actualización, se podrán dar pasos significativos
en los procesos e-learning y b-learning, en una urdimbre, en un complexus,
donde todos somos importantes, todos somos necesarios. Ese es el legado para
las futuras generaciones: unitas multiplex.
Gervacio Enrique Rivas Martínez.
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